sábado, 27 de octubre de 2018

Buenas prácticas para una convivencia inclusiva / Parte 3

 DISCAPACIDAD  AUDITIVA

Una persona con discapacidad auditiva puede ser sorda o tener una limitación en la audición (hipoacusia).  

Las limitaciones en el habla normalmente son consecuencia de la discapacidad auditiva. 
No es correcto decir que una persona es sordomuda.  

La denominación correcta es persona sorda.

Muchas personas sordas no hablan ni leen el idioma español. Se comunican en su propia lengua, Lengua de Señas Uruguaya (LSU). 

Cada país tiene su propia lengua de señas. 

Si son personas sordas usuarias de la Lengua de Señas Uruguaya, procuremos que esté presente un intérprete. Para las personas sordas que sólo se comunican con LSU, el idioma español es una lengua extranjera, como como cualquier otro idioma.

 
No todas las personas sordas pueden hacer lectura labial; aquellas que sí pueden necesitan nuestra ayuda. Si hacen lectura labial situémonos en un lugar donde nos pueda ver con claridad: deberíamos hablarle de cerca, de frente, a su altura y con nuestro rostro suficientemente iluminado.
 

Hablemos con nuestra voz, naturalmente, ni muy de prisa ni muy despacio. 

Vocalicemos bien sin exagerar ni gritar. 
Podemos utilizar gestos y/o lenguaje escrito.
Si no entendemos y estamos fingiendo comprender, 

el/la interlocutor/a puede pensar que para nosotros no es importante lo que está diciendo. 
Simplemente pidámosle que repita.


Fuente:


Folleto "Sugerencias para un trato adecuado a las Personas con Discapacidad" de la Intendencia de Montevideo, 2006. 

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